Por ponerme en frente el espejo
Haciéndome dar cuenta del tiempo
De las amarras sueltas que aun sigo arrastrando.
Te odio.
Quitas el velo de mis ojos y huyes dejando que dé mis primeros pasos a la luz y en la más blanca ceguera.
Te odio.
De aquí hasta mañana maldita verdad.
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