De un tirón me puse de pié
con la espalda fría,
las manos temblorosas
y la voz escarbándome en la mente
las palabras correctas
para hacerle confesar.
Me paseó por su discurso
sin que pudiera ver el paisaje
de lo que me quiso hacer creer
y sin que pudiera creerle,
volví a preguntar.
Acabé de inventar
el método maestro
para saber una verdad.
@barubaro
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