Ni siquiera sabes cómo puedes
caminar con la luna sobre tu cabeza
y las estrellas entre los dedos.
Con el fuego en tu piel y en tus manos
y las estrellas entre los dedos.
Con el fuego en tu piel y en tus manos
con las que podrías agitar la calma.
Esta calma de mi alma.
Voy dejando mis colores.
Abandonando mi reflejo
y me convierto en tu sombra.
Sombra de sol y luna.
Sombra de esa luz que siempre te ilumina.
Debería darte un nombre nuevo.
Te llamaré "Idilio"
y por apellido "Mío"
y seguirte al mar como un río
sin sentir mis propios sentidos.
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